Murales en San Francisco

El primer mural que pintó en San Francisco fue el el de la Allegory of California (Alegoría de California, 1930-31) comisionada por el Pacific Stock Exchange en 1931, que hoy en día es el exclusivísimo City Club de San Francisco.

Se trata de un mural relativamente pequeño, pero que muestra a una enorme figura femenina que representa al estado de California. La pieza adorna una escalera art-decó y tiene al “estado” de California que apoya a sus ciudadanos y muestra generosidad.  En la parte de abajo de hay dos hombres con un plano y herramientas, un leñador junto a un árbol caído, un hombre con un avión a escala y algunos trabajadores agrícolas latinos.

Este conjunto de trabajadores estaba en línea con las creencias socialistas/comunistas de Diego Rivera. Él tenía la intención de resaltar al trabajador promedio como alguien que mantenía a flote el estado. El mural también llega hasta al techo donde se detallan a dos mujeres desnudas. Esta pieza fue extremadamente controvertida en su momento debido al mensaje que propagaba. Actualmente se puede encontrar esta obra en The City Club Of San Francisco, mismo lugar donde fue concebida

La principal figura femenina es Calafia, el Espíritu de California (escalera principal). La pieza representa el estado de California en el momento de su finalización. También incluye figuras locales y regionales conocidas de la época.
Una extensión del fresco en el techo por encima de la escalera. Y que es muy parecido al que pintó en Chapingo.

Este es el segundo mural de Diego Rivera que se completa en Estados Unidos. Compabó este fresco en 1931.
Este mural SF se encuentra en la Galería Diego Rivera dentro del Instituto de Arte de San Francisco.

Este se considera un fresco dentro de un fresco. Muestra a los pintores en acción mientras construyen el fresco. Se puede ver a todos los artistas, junto con su andardado, en capas en la parte superior de la obra maestra que están completando. Este también incluye de espaldas a Diego Rivera mientras ve a los artistas trabajar en el fresco de abajo.

he Making of a Fresco, Showing the Building of a City (1931) fue un encargo que el presidente del SF Art institute hizo a Diego Rivera. Esta pieza de muralismo se hizo en un sólo mes y muestra la correlación inherente entre las obras artísticas y el trabajo en general. Como miembro activo del Partido Comunista, Rivera estuvo influenciado por principios marxistas.

Esta pieza de cinco partes muestra una vista interna de la construcción de un gran edificio y cuenta con varias personas de la vida cotidiana. Los individuos representan a constructores, pintores, arquitectos y trabajadores. El mural muestra literalmente cada etapa del proceso arquitectónico, algo que también funciona como una alegoría del propio trabajo de Rivera. Al igual que la anterior, esta pieza recibió críticas considerables, aunque ahora es uno de los más afamados en la ciudad de San Francisco. Aunque estuvo a punto de venderse, hoy The Making of a Fresco, Showing the Building of a City (1931) aún se encuentra dentro del SF Art Institute.


El título: “The making of a fresco showing the building of a city”, simplificado en español como “La creación de un fresco”. En la parte central, Rivera pintó a un hombre sentado sobre el andamio, mirando al muro, de espaldas al espectador, sosteniendo una paleta y un pincel. Se trata del propio artista, quien se plasmó junto con el grupo de colaboradores de la obra y del grupo de millonarios y diplomáticos que hicieron posible su viaje al país del norte, incluyendo al entonces embajador de Estados Unidos en México, Dwight Morrow.

Historia de este mural.

Era la década de 1930 Estados Unidos entraba en una de las mayores crisis financieras de su historia ( la Gran Depresión), época en que la fama y reputación de Rivera, pese a su postura públicamente comunista, seducían a varios mecenas estadounidenses que, pese a las reservas de la crisis, no dudaron, en contratar a este pintor mexicano para pintar los muros de sus edificios.

La primera estancia de la célebre y laberíntica pareja en suelo estadounidense fue precisamente en San Francisco, a donde arribaron en 1931; pues Diego había sido contactado y contratado por uno de los mecenas de arte más influyentes de la costa oeste, el magnate William Lewis Gerstle, quien fue un generoso benefactor y presidente en turno del Instituto de Arte de San Francisco (SFAI, por su sigla en inglés), hoy una de las academias de arte más antiguas en su país, fundada 1871.

De esta manera, Rivera fue comisionado para pintar el muro norte de una de las naves principales de Gerstle, que gracias a él pudo conseguir las visas para Frida y Diego debido a la activa resistencia gubernamental y social por la inclinación política del muralista que era miembro activo del Partido Comunista Mexicano.

El costo de su trabajo, según indica el medio especializado The Art Newspaper, fue de 2,500 dólares de la época y, de acuerdo con información del SFAI, al artista guanajuatense le tomó exactamente un mes (del 1 al 31 de mayo de 1931) terminar la ejecución de su obra mural.

El propio Instituto de Arte de San Francisco explica la obra así:

“el mural muestra la construcción de una ciudad y la realización de un fresco, incluyendo a las diversas personas involucradas en el encargo, como ingenieros, asistentes de artista, escultores, arquitectos y trabajadores en general. La figura central de un trabajador con casco, representado con una proporción descomunal, puede verse como ejemplo del estatus que Rivera confirió al obrero y es el tema principal del mural (representado) dentro de su mural”.

Actualmente, la nave en el Instituto de Arte de San Francisco que contiene dicho mural recibe por nombre Galería Diego Rivera y funciona como sitio de exposiciones para los estudiantes del instituto.

Nota.

La pandemia vino a agudizar los problemas de liquidez financiera al interior del SFAI que el instituto contempló la venta de la pieza como única alternativa.

Sin embargo y afortunadamente recibió una subvención por unos 200,000 dólares por parte de la Fundación Andrew W. Mellon, misma que opera en cuatro niveles de filantropía, entre ellos, en favor de los museos, la educación artística y la preservación.

Recursos que permitirán conservar la pieza en el sitio e iniciar trabajos integrales para garantizar su conservación incluyendo la obra “Unidad Panamericana” (1940), realizada en el vestíbulo del teatro City College y que en junio de 2021 inició su minucioso traslado para exhibirse a manera de préstamo hasta 2023 en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (El Economista, lunes 09 de mayo de 2022).

Pan American Unity, (1940).

Es el último mural que Rivera completó en California. Ésta se considera una de sus obras de arte más impresionantes fuera de México. El enorme mural mide casi siete metros de alto y 23 de ancho. Dichas medidas se distribuyen en 5 paneles separados que representan las fusión entre el gran pasado de las tierras latinoamericanas y el desarrollo industrial de Estados Unidos.

En 1940, invitado por el vicepresidente del Comité de Bellas Artes -el conocido arquitecto Timothy Pflueger– Rivera viajó a San Francisco para participar en la Exposición Internacional Golden Gate en la Isla Treasure.

Rivera y sus asistentes comenzaron a pintar en junio de aquel año y completaron el mural en diciembre, dos meses después del cierre de la Exposición en la que más de 30.000 visitantes llegaron a ver el proceso en detalle.

Mientras organizaba la exposición, Pflueger trabajaba como arquitecto en la construcción del City College de San Francisco. Con el artista mexicano acordaron que el mural se exhibiera permanentemente en la nueva biblioteca de la universidad, donde Rivera trabajaría a la vista del público para triplicar el tamaño del mural.

Pero la prohibición de la construcción no esencial durante la Segunda Guerra Mundial y la muerte inesperada del arquitecto, hizo que se pospusiera aquel imponente proyecto de construcción. Sin embargo, el hermano del constructor, propuso a la Junta Escolar de San Francisco que el mural fuera instalado en el vestíbulo del nuevo teatro de artes escénicas de la universidad.

Rediseñó el vestíbulo, instaló el mural, y lo abrió al público en 1961. En 1993, aquel edificio pasó a llamarse “Teatro Diego Rivera” en honor al artista.

Will Maynez antiguo director de laboratorio del Departamento de Física del City College, sobre la obra que es propiedad de la universidad:

“Diego estaba construyendo un puente metafórico entre la cultura mexicana y la cultura tecnológica de Estados Unidos”.

Con la asistencia de ingenieros mecánicos, arquitectos, historiadores del arte, expertos en frescos y asistentes de Estados Unidos y México y por la ruta a menos de 8 kilómetros por hora, Unidad panamericana fue cuidadosamente extraído y trasladado al otro lado de la ciudad, al Museo de Arte Moderno de San Francisco, donde se expondrá a partir del 28 de junio.


“Unidad Panamericana”, realizado en 1940 por el muralista mexicano, deja el teatro City College por el Museo de Arte Moderno de manera temporaria. La historia de la obra que pesa 30 toneladas y se dividió en 10 paneles.

Aquellos diez paneles de Unidad panamericana -su título completo suma El matrimonio de la expresión artística del norte y el sur del continente– son un caleidoscopio de los pensamientos de Rivera por aquella época: la amenazante diosa de la tierra, Coatlicue, los artesanos mexicanos, los industriales estadounidenses, los líderes históricos de ambas naciones, los dictadores, la esposa de Rivera, Frida Kahlo, y él mismo.

“Es una de las cosas más ambiciosas que ha hecho este museo: trasladar algo tan grande, tan frágil y tan importante”, dijo Neal Benezra, director del museo, al ser entrevistado por el New York Times después del traslado.

La obra se expondrá en una galería gratuita en la primera planta del museo mientras se ultiman los detalles de la exposición La América de Diego Rivera, que se inaugurará en 2022; el mural permanecerá en el museo hasta algún momento de 2023 y entonces se devolverá a la universidad. (24 Jun, 2021).